miércoles, 23 de noviembre de 2011

El 15 de agosto de 1868.


               "¡Ja, que te lo has creído…!", me digo muchas veces cuando pienso –iluso de mí- que ya pocas cosas me quedan por saber de mi patria chica… “y lo que te rondaré, morena”.

               Y es que cuando uno menos lo espera aparece esa foto, ese libro, ese documento o, como en este caso, ese recorte de prensa que ofrece datos sobre cosas que vives y sientes como propias, que te dejan con flojera de piernas. Me ha pasado en más de una ocasión, no crean.. y puedo decir que pocas cosas hay más gratificantes en la vida (exceptuando, claro está, los placeres capitales).

               Pues sí, en un recorte del ABC de 1972 he encontrado una especie de crónica escrita por Fernando Ayesteran sobre cómo fue aquel 15 de agosto de 1868 en nuestro pueblo, además hace una breve referencia al devenir de la Hermandad de la Virgen en aquellos convulsos años de “La Gloriosa” y la “Restauración borbónica”. Siempre he dado por supuesto que ningún historiador en sus plenas facultades tiene necesidad alguna de escribir una fábula en un medio de comunicación de masas; es por lo que, con las debidas cautelas siempre dadas, tomo sus palabras como ciertas. Ignoro la fuente, aunque supongo que algo tendrá que ver aquel devoto decimonónico que se encargó de recoger por escrito sus vivencias para con la Virgen de los Remedios, así como las actas de la Hermandad que, precisamente desde aquel año, se pueden seguir casi sin interrupción.

               De esta forma, la devoción a la Santísima Virgen de los Remedios se estaba viendo fortalecida en la segunda mitad del siglo XIX, después del revés sufrido por las desamortizaciones, sequías, revoluciones, etc. En que la Iglesia perdió parte de su patrimonio y vinieron a menos el Hospital de la Misericordia y con él su Hermandad del mismo nombre. Es en 1867 cuando se reorganiza la Hermandad, ya llamada de Ntra. Sra. de los Remedios, se restaura la Imagen por Astorga y se fijó definitivamente la fiesta principal el 15 de agosto, que ya venía cobrando protagonismo desde 1845. No por ello dejó de celebrarse, antes al contrario, la fiesta del 18 de diciembre.

               Según el cronista, Villarrasa se dispuso a festejar aquel 15 de agosto de 1868 por todo lo alto, para “dejar por asentada para siempre la celebración agosteña”. De esta forma el pueblo contribuyó para que la jornada resultara inolvidable “rodeada de la mayor solemnidad y toda la ingenua suntuosidad pueblerina de entonces” –sigue apuntando el cronista. No se pierdan la jugosa descripción de los exornos, tanto de la Iglesia como de las calles del recorrido:

               “La Iglesia toda colgada de colchas de damasco, con guirnaldas y letreros de papel blanco picado; en todas las pilastras, jaulas con jilgueros y canarios cantores, y en torno al presbiterio, al altar de la Virgen y por toda la nave, numerosas macetas de albahaca de olor. Las calles que había de recorrer la procesión, Paraíso, Piñón, Larga, San Sebastián, Nueva y Misericordia, fueron vestidas de ramajes, alfombradas de yerbas olorosas y adornadas de arcos triunfales de romero y otros de aulaga pintadas de calamocha, cal y almagra, con flores de papel. También estaban adornadas las casas del cabildo en la plaza del Altozano con vistosas colgaduras de damasco grana (a partir de aquí, el texto sigue en cursiva, supongo que transcribiendo algún documento original) Y el cuadro de nuestra Reina Doña Isabel II en el centro y a uno y otro lado dos hermosas liras encendidas con aceite petróleo”

               Ya mis abuelos me contaban un exorno parecido cuando, en su niñez, se ponía la Cruz “en el aire”; lo que no sabía era que fuera lo común en cualquier celebración gloriosa de nuestro pueblo (lógico, por otra parte). Sin duda una recreación bucólica, con toda la ingenuidad del mundo, sí, pero todo un intento de bajar el mismo Paraíso a la tierra y ponerlo a los pies de la Señora. No me digan que no es sabroso…

               En septiembre de ese mismo año, Isabel II fue destronada y vinieron tiempos convulsos. La Hermandad sufriría de nuevo pero, a la par, la devoción a la Virgen seguiría en auge. No pocas veces fue sacada en rogativas ante las continuas desavenencias políticas, sequías y demás calamidades colectivas. Encargados de todo ello, se creó la llamada “Hermandad de los Capotes”, que fue una improvisada comisión de devotos “formada por catorce campesinos, ganapanes, pegujaleros y algún corto pelantrín”. El nombre de “capotes” hacía referencia a la modesta condición de sus integrantes ya que era la prenda que usaban los campesinos en días de lluvia. “Con el remanente de lo recaudado para estos cultos y otras limosnas, la Hermandad de los Capotes compró para la Virgen un manto nuevo de terciopelo verde, bordado en oro, que estrenó la Señora el 18 de diciembre de 1875”. Concluye el cronista “la fiesta de agosto de 1874 fue sonada (…)”.
               Lo bueno de todo esto es saber, precisamente, lo que aún queda por conocer. Tiempo habrá para ello y espacio en este blog también.

               ¡Sean felices!

Fotos: Grabado de 1857 y manto verde de 1875.
Fuente: ABC 16 de agosto de 1972, pags 31 y 32.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La Aparición.

               El otro día, en una bonita correspondencia cibernética, comentaba con mi interlocutor el celo y redaños que nuestras abuelas ponían en defender sus costumbres y tradiciones. Y ¡cuánto cierto hay en ello!, recuerdo a la mía, que se marchó al Cielo, hablar con auténtica pasión sobre la historia de Pedro “el” de la Cruz y la “Aparición” de la Virgen de los Remedios. Todos nuestros mayores se la sabían, como se suele decir, al dedillo. Eso sí, cada cual iba introduciendo algo de su propia cosecha, bien por contaminación de otras advocaciones, bien por dar más énfasis en ese orgullo ancestral de vernos elegidos por la mano celestial como depositarios de tan peregrina Efigie.


               De tal manera que el relato ha llegado hasta hoy en múltiples variantes: Recogida por escrito, de puño y letra por Fray Felipe de Santiago, mecanografiada en 1760 (que adjunto en esta entrada), y de forma oral de generación en generación. En unas fueron dos jóvenes, en otras dos ángeles; hay quiénes llegaban a decir que la Imagen “aparecida” era de menor tamaño y la metieron dentro de la que se le da culto (cosa que se ha demostrado científicamente falsa), en otras se asegura que la Virgen llegó en un cajón con la inscripción “Aquí tienes tu Remedio”, en otras, dicha expresión salió de labios de los dos mancebos que entregaron la Imagen. Hay quien sostiene que la aparición fue a la mañana siguiente del hospedaje de los dos mancebos, que dejaron el precioso regalo y Pedro se lo encontró recién levantado de la cama; de la misma forma están los que dicen que la Virgen fue entregada al momento en que nuestro Pedro confesó las tribulaciones que estaba pasando. En algunas versiones se describe a Pedro de la Cruz como hombre pobre, en otras se asegura que fue rico. En este mismo manuscrito del mencionado fraile franciscano remonta la hechura de la Imagen al anacoreta San Simeón Estilita, anterior a la conquista musulmana. También hubo versiones que aseguran que trasladaron la Virgen a la Iglesia y al día siguiente volvió a aparecer en la tenería, incluso para asegurarse bien, la trasladaron solemnemente junto al pueblo, clero y autoridad civil, y en la plaza (plaza Vieja) quedó la cruz parroquial inmóvil impidiendo el traslado y sólo consintió cuando se construyó la ermita y hospital. Con respecto a la ubicación exacta de aquella curtiduría de pieles en donde apareció, también hay sus más y sus menos… Como podrán ver, hay donde elegir. Y eso, precisamente, es lo que le da sabor.

               Y es que la tradición oral tiene valor por ser precisamente eso, tradición oral. Constituye en sí misma un lote completo del que no podemos coger lo que más nos interesa. Otra cosa son los estudios científicos que puedan llevarse a cabo, pero, repito, la tradición oral tiene valor en sí misma, no tanto por los datos que pueda ofrecer (algún sustrato de realidad tiene que haber necesariamente), sino por su riqueza literaria y lo que supone para la cultura popular de un pueblo. Yo tengo mis hipótesis, no crean, largas charlas con el recordado D. Manuel Babío me dieron para mucho… pero eso ya será para otra entrada, pronto.

               Mientras tanto, me dejo sumergir en la historia viva (o, al menos, no se ha muerto del todo), que sigue alimentándose con el decir de nuestros mayores, y aparto datos y empirismos varios. Por eso, me gusta saborear la gélida penumbra del Rosario de luminarias de la víspera del 18 (como ha de ser siempre, en la víspera del 18) y escuchar a las abuelas decir, cinco siglos después: “vamos con antorchas como fueron la gente a ver qué ocurría “ancá” Pedro el de la Cruz”… de fondo se escuchan los campanilleros:

“Pedro de la Cruz cercado
de angustia y tribulación
logró en vuestra aparición
verse por Dios remediado.
(…)”

               Y da la sensación de que, mezclado al de los penachos de romero, me llega un aroma de piel recién curtida…


sábado, 12 de noviembre de 2011

Entrada número 100.

               ¿A quién, si no, iba a dedicarle la entrada de número tan redondo?


               Esta foto, sencillamente, me fascina. Fuera aparte de que su protagonista sea la Cruz, se me antoja una instantánea redonda. Digna de un cuadro de Velázquez. Nada en ella desentona, ni siquiera el poste de tendido electrico que sobresale, ni la destartalada canal maestra ... hasta eso tiene su "ángel". Pavimento empedrado (eso sí que era un empedrado y no el burdo remedo que hicieron en la Alcantarilla y calle Empedrá), unidad estilística en las fachadas encaladas, rejería tradicional... incluso el color del cielo (¿nublado? -qué raro-) ayuda a unificar el cromatismo.

               Y qué decir de Ella y cuanto la rodea... Aún faltaban dieciséis años para que un servidor, por primera vez, viera la luz y la viera a Ella (vamos, que viene a ser lo mismo). La procesión "grande" al caer la tarde, después del Romero. Salía de la Iglesia a eso de las cinco: Paraíso, Piñón, Larga, San Sebastián, Nueva, San José... y en ese punto, al entrar en Virgen de los Remedios, la Hermandad paró el reloj de su historia por unos instantes, para que esta foto nos sirviera de referencia... Luego seguiría por San Vicente, otra vez Piñón para ya, al anochecer, hacer su entrada en su capilla en la calle Cruz. Allí, a sus puertas seguiría la fiesta con "bailes populares" bajo un "alumbrado a la veneciana" (qué candor el de aquellas convocatorias en sepia).

               La Cruz en refulgente paso tallado y dorado, flores que daba el tiempo y los arriates pinchadas en hojas de chumbera (qué alquimia la de la priostía de entonces...), incluso un detalle que hoy se vería como una incorrección, el "Simpecado" en el último tramo, en esta foto no hace más que reafirmar las costumbres originarias de las Hermandades de gloria. Lo que conocemos como "bacalao" o gallardete (bandera recogida al asta en señal de duelo), eran más propios de las de Penitencia; y las de gloria, con el tiempo, las hicieron también suyas. Por entonces ya la Hermandad usaba gallardete, pero, curiosamente en esta foto aparece el Simpecado cercano a la Cruz... pudo ser porque fue el año de su estreno, en que sustituyó a la maravilla que bordó Rodríguez Ojeda.

               No hace falta hablar del acompañamiento, del fervor de las gentes... eso, al igual que hoy, huelga comentarlo.

               Si me dijeran cual podría ser la foto resumen de toda la historia de la Hermandad, desde sus comienzos hasta los tiempos actuales, sin ninguna duda sería esta. Al menos para mí.

martes, 8 de noviembre de 2011

Cara a cara.

               Nada nuevo bajo el sol. En la resaca del tan cacareado debate electoral de los principales partidos políticos… lo mismo de siempre: para los medios afines a la derecha, Rajoy; para los afines a la izquierda, Rubalcaba. Algunos parecen que han escrito su crónica mucho antes de, siquiera, llegar el primer candidato al lugar del encuentro. El ser humano, por naturaleza, gusta de navegar con viento favorable…. Los hay incluso que parecen estar haciendo las maletas ante el supuesto inminente cambio de color político de sus jefes en los medios públicos. Otros, entrenado para disponerse a lambiar la bota que le pisará el cuello. Un asco, vamos.


               ¿Dónde queda el análisis objetivo y sin prejuicios? Vivimos en la dictadura del periodismo barato, de la opinión de la primera autoridad moral que así se autoerija como tal. Yo ya sabía de antemano lo que iba a decir el ABC, El Mundo, El País, La Vanguardia, etc, etc… son tan previsibles… Por lo demás, creo que en lo único en que se nota que se estrujaron las meninges fue en escudriñar el color de las corbatas de ambos candidatos…

               Como mi opinión no depende de otras y creo tener criterio para crearme una sobre lo que percibo, Pienso que lo de anoche fue un más de lo mismo: un Rubalcaba que ya actúa como si estuviera en la oposición y un Rajoy que no suelta, ni con agua hirviendo, lo que va a hacer si gobierna; bueno sí, se sabe, pero parece que le da pudor confirmarlo. Evasivas, acusaciones, “y tú más”, llevarse el debate a terreno cómodo, pasar de soslayo por temas importantes, hablar del tocino y saltar con la velocidad… Sólo destaco algo dicho por Rajoy que me preocupa profundamente (y me preocupa porque parece ser que será nuestro próximo Presidente del Gobierno): ¿Nadie se ha percatado de la barbaridad que dijo con respecto a la Educación?... Mientras no se me aclare, lo interpreto como un: Nada, nada, si lo tuyo es apretar tornillos en una fábrica, ¿para qué quieres aprender Inglés, Geografía, Historia, Filosofía o Literatura? Terrible.

               Por lo demás, no me vengan con monsergas ni con rellenos más o menos forzados de contenidos en dispares tertulias televisivas o radiofónicas. Lo que vi anoche no fue más que una versión trajeada y televisada de una pelea de patio de recreo. Anoche no se escuchó lo que queríamos escuchar por parte de ambos candidatos. De la misma forma ahora sí estamos leyendo, viendo y escuchando lo que de sobra sabíamos que íbamos a leer, ver y escuchar por parte de los medios de comunicación.

               Cuánta razón la de mi bien admirado cuando dijo ESTO en su blog "Hay dos verdades".

martes, 1 de noviembre de 2011

El luto de la Madre.

               Hoy, solemnidad de Todos los Santos, es un día de gloria. Sin embargo, los cofrades lo hemos manoseado hasta el punto de hacerlo sólo un mero día en que aparecen nuestras "vírgenes" ataviadas de riguroso luto. Puede haber algún conspicuo cosquillas que diga que hay que ir con la liturgia y hoy han de presentarse de blanco... si por la liturgia fuera, estarían casi todo el año de verde. Por eso, es mejor que los cofrades no entremos en hondura con la liturgia, que puede que más de un "ropón" se quede en casa a la hora de sacar una procesión a la calle.

               De cualquier forma, hoy es de esos días preferidos para los devotos de la santa blonda, sagrada mantilla y benditos alfileres. Hoy, más de una cátedra de sentará en iglesias, capillas y oratorios para pasmo y admiración de los profanos en la materia: Que si cuello cerrado, que si pollero abierto, que si saya entubada, que si... vayanse a saber. Comoquiera que las imágenes de María Santísima no son "Nancys", sino representación plástica de la Madre de Dios; cada año me da más "miedo" que lleguen estas fechas en que el arte cofrade nos muestra a la Santísima Virgen "de luto". Parece que la delgada linea que separa la tradición de Todos los Santos con la advenediza fiesta de Halloween, está, cada año, más desdibujada.

               Si de gustos particulares hay que hablar, me quedo, por supuesto, con la sobriedad para esta fecha.... pero con su "mihita" de gracia, siempre. Dejo unas fotos de la Dolorosa de infinita belleza (tal como se encuentra en estos meses), que tenemos la dicha de tener aquí, en nuestro pueblo. No me gusta hablar en estos términos y menos de estas cosas pero, de cuantas conozco, no las he visto más guapa que Ella. Lo siento, el cuerpo me pedía decirlo.